Corre el año 1957, y los Dollanganger parecen una familia perfecta que vive sin preocupaciones en su idílica casa de Gladstone, Pensilvania... hasta que la tragedia llama a su puerta. Ocurre el día en que Christopher, el patriarca de la familia, muere en un accidente. Su viuda, Corrine, debe hacer frente al peso de una gran deuda que no puede asumir. Su única opción: regresar a la mansión de sus acaudalados padres en busca de ayuda. Su madre, Olivia Foxworth, la acoge bajo la cruel condición de que los niños se escondan en el desván.De esta forma empieza el tormento de los hermanos Dollanganger -Cathy, Chris y los gemelos Carrie y Cory-, víctimas inocentes de pasiones prohibidas y condenados a vivir aislados del mundo.
¿Hasta donde es capaz de llegar el ser humano por ambición?
¿Olvidaría una madre sus hijos por estar en los brazos de un hombre?
Esta no es una historia cualquiera, no es la típica trama de pobres a ricos, de mendigos a famosos no, no y no. Después de la muerte del hombre de la casa, los Dollanganger deberán entrar a la mansión de los Foxworth donde un acto del pasado los convertirá en olvido.
Cathy es quien nos narra la historia de ella y sus hermanos bajo el cuidado de su malvada abuela, los niños crecen sin sol, comiendo raciones frías y pequeñas de comida. Nadie puede hacer ruido en el ático. Privados de sus libertad, serán expuestos a frío, calor y enfermedades.
Cuando Corrine se queda sin esposo se ve decida a escribirles a sus millonarios padres, unos abuelos que sus cuatros hijos nunca han conocido. La única condición de dejar vivir a sus hijos en la mansión es que los niños vivan en el ático por una temporada no mas de días pero que luego se convierta en años a la espera de que malvado abuelo muera y nunca se entere de su existencia.
Este libro me ha gustado mucho a pesar de ser muy cruel, los niños crecen con poco movimiento, la muerte ronda por el ático, la abuela es quien ejerce de carcelera evitando que estos salgan del ático y sean descubierto. Si bien es cierto que la abuela siempre va aparecer la mala pero no es la villana del todo, si no su madre.
Cruel, arrolladora, llena de sueños y esperanzas por una vida como cualquier otra, una historia que me ha mostrado el lado más cruel de las religiones pero sobre todo me ha mostrado que la esperanza es lo último que debe perderse.
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Smeldis Polanco.