Bajo tierra, en la red de túneles y cuevas que forman la Catedral Blanca, Alina es a la vez prisionera y objeto de adoración. Está muy débil, y la idea de embarcarse en un nuevo viaje en busca del tercer amplificador, el pájaro de fuego, parece una locura. Pero su poder ha cambiado desde la última batalla, y sus nuevas habilidades podrían aterrorizar incluso a sus propios aliados.
LA CAPITAL HA CAÍDO.
El Oscuro gobierna Ravka desde su trono de sombras. Ahora el destino de la nación está en manos de una Invocadora del Sol sin poderes, un rastreador caído en desgracia y los últimos vestigios de lo que alguna vez fue un gran ejército de magos. En las profundidades de una antigua red de túneles y cuevas, una debilitada Alina debe someterse a la dudosa protección del Apparat y de aquellos que la veneran como a una Santa. Pero tiene otros planes, como lanzarse a la caza del elusivo pájaro de fuego y comprobar si la supervivencia de cierto príncipe forajido es algo más que una esperanza.
Alina deberá forjar nuevas alianzas y dejar de lado antiguas rivalidades para, junto con Mal, encontrar el último amplificador de Morozova. Pero tan pronto como empieza a desvelar los secretos del Oscuro, sale a la luz un pasado que alterará para siempre su visión del lazo que los une y el poder que ella detenta. El pájaro de fuego es lo único que se interpone entre Ravka y la destrucción, y Alina podría pagar un alto precio por conseguirlo: el mismísimo futuro por el que está luchando.
Esta vez Leigh Bardugo me ha sorprendido. Después del primero y del segundo libro tenía pocas esperanzas de que esta historia de Alina, Mal y el Oscuro aumentara y evolucionara para bien y aunque no es el caso totalmente puedo decir que si, que a pesar de su final que me ha dejado indiferente he podido notar cierta evolución para bien en la trama y los personajes puesto que a diferencia de los otros dos libros; en este nos encontramos con giros inesperados, una aventura no vista y más acción que le faltó bastante al segundo.
No quería tocar el tema pero como este es mi espacio mi siento en total libertad de hacerlo porque no le debo nada a nadie. Por ahí he visto muchos 'bookstagrammer' y 'blogueros' que han dado puntuaciones mixtas a esta trilogía y han hablado mal sobre el final y pues todos tenemos derecho de que no nos guste algo y así de simple pero creo entender que muchos no entendieron algo esencial en los personajes de esta historia.
Cuando hablamos de los personajes con poderes en este universo creado por Bardugo nos referimos a los Grisha, que son aquellos con capacidades sobrehumanas de controlar material, el cuerpo y demás cosas y ahí es donde está la situación de que no entendieron un punto, ellos siguen siendo humanos pero con poderes punto. Pueden morir en combate como cualquier persona pero no de forma biológica (enfermedad etc.) como los humanos corrientes, lo que me lleva al final de todo, sí, sí y sí, el Oscuro pudo morir de una pedrada como de un batazo, una puñalada o una bala y listo, morir y ya, el no era inmortal a esas cosas fin.
Por otro lado debo seguir destacando que el universo (Grishaverse) de Bardugo sigue siendo el fuerte de esta historia. Un universo demasiado original que aún en esta ultima parte de la historia siguió sorprendiéndome con cada elemento nuevo que pude descubrir. También debo destacar la madures de ciertos personajes principales y secundarios, así también una historia un poco más profunda de personajes secundarios como en el caso de Baghra y Nikolai Lantsov.
En definitiva este libro me ha gustado mucho pero no tanto como el primero, pero sí mucho más que el segundo. Me da mucha nostalgia despedirme de estos personajes como Alina, Mal y el Oscuro, también de Nikolai a pesar de que este ultimo ya cuenta con uno libro aparte que continua con su historia y sus aventuras.
4.5/5
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Smeldis Polanco.